En el reflejo de un abrazo

 

 

En el eco de la tarde, suave y sereno,
dos corazones laten al mismo ritmo eterno,
madre y padre, pilares de luz en la sombra,
susurran sus vidas en el viento que asombra.

Madre, en tu risa nace la esperanza,
tu amor es el faro que nunca se cansa,
en tus ojos, el refugio, la paz y el cielo,
cada gesto tuyo es un tierno consuelo.

Padre, en tus manos se forja la fuerza,
construyes sueños, eriges la defensa,
en tu voz, el consejo, la guía precisa,
cada palabra es una lección de vida.

Juntos, un balance, una danza perfecta,
entre el cielo y la tierra, una unión recta,
en el abrazo compartido, la vida florece,
el amor que han sembrado, en el alma crece.

En la noche tranquila, bajo estrellas brillantes,
susurros de gratitud en cantos vibrantes,
madre y padre, en su abrazo, una promesa,
un amor que perdura, en la eterna certeza.

Por cada sacrificio, cada sonrisa ofrecida,
por el calor en el hogar, por cada vida,
les dedico este poema, sencillo y sincero,
en el reflejo de su abrazo, hallamos lo verdadero.

 
Mis poemas