El hombre y su alma

 

 

En la vastedad del cosmos errante,
donde el polvo de estrellas danza en silencio,
un hombre camina, con paso constante,
buscando en su pecho el más puro aliento.

Su mirada, un faro en la noche oscura,
refleja historias de siglos pasados,
sus manos, curtidas de dura labor,
moldean futuros en sueños guardados.

Sus ojos, espejos de su esencia,
revelan el alma en su transparente brillo,
un alma que lucha, que ríe y que siente,
un alma que carga el peso del mundo sencillo.

Caminante del tiempo, forjador de esperanzas,
constructor de puentes entre el cielo y la tierra,
el hombre levanta su voz con confianza,
cantando la vida, su eterna guerra.

En su pecho late un tambor ancestral,
una melodía de anhelos y penas,
y en su corazón, el eco inmortal,
de un amor que cruza fronteras y cadenas.

Es el hombre, un ser auténtico y noble,
genuino en sus fallos, único en su esencia,
un alma que brilla en su andar indomable,
creando el futuro con su pura presencia.

 
Mis poemas