En el rincón dorado donde el tiempo se detiene,
dos almas se encuentran y el destino se enajena.
Caminan juntos, entrelazados, hacia un horizonte sin fin,
donde el eco de sus risas dibuja un camino de jazmín.
El sol se inclina, ruborizado, ante el fulgor de sus miradas,
mientras estrellas de terciopelo en sus corazones son guardadas.
Las horas se vuelven susurros, los días se tornan canto,
y en el abrazo eterno hallan un refugio tanto.
Sus manos se entrelazan como raíces de un viejo roble,
fuertes y sabias, con promesas que el tiempo no deshace.
Cada latido es un poema, cada gesto una canción,
y en la danza de su amor, encuentran su razón.
Que los vientos les lleven suaves, como brisa en primavera,
y cada amanecer sea el preludio de una nueva esfera.
Que el amor sea la guía, la luz en cada senda,
y que en cada día compartido, encuentren una nueva ofrenda.
Hoy, celebramos el viaje de dos corazones en unión,
una travesía de amor que en susurros y canciones, es la canción.
A los novios, les deseo un sendero de estrellas y abrazos,
y que cada paso juntos sea un verso en sus abrazos.